19/12/14

#Subpoesía en Mítico Bar - 18/12/14

Anoche compartí lectura subpoética junto al querido Eduardo Espósito. Noche con poemas y cervezas, qué más.

Dejo, a pedido de algunos amigos, la lista de textos que leí rodeado por un silencio fresco:
*Manifiesto (de Canope)
*Baila (de Réquiem para Charly García)
*Ríos
*Preguntas (a Juan Gelman)
*Patrias
*La despedida (a Carol Dunlop & Julio Cortázar)
*Lamento por las tetas de Angelina Jolie
*Después de Auschwitz...
(Los seis últimos, inéditos, formarán parte de .::Ready-mades::. editado en 2015 por Ediciones de la Eterna en la colección Incunables).

Agradecimiento para Andrés Aguirre por la organización del espacio y a los chicos de Mítico Bar.

BONUS TRACK
(habemus -poquitas- fotos) 

 Eduardo Espósito
 
"Lecturas"

Y esperabas el arribo de la siesta
para leer tu diario en llamas
en la hueca reposera del silencio
Ya callados los pájaros
bajo amenaza el viento
dominando el motín de los sentidos
te ibas fundiendo a la intemperie
y ni siquiera la llegada de la noche
lograba divorciarte del paisaje
Apetencia voraz de tu intelecto
Genio y figura
Así caías de la tinta a la catrera
con la sola gimnasia de unos párpados
obligados penosamente al sueño
Las brasitas del día arrinconadas al fin
y la rumiada pastura de un periódico.

                                          A Olaf Stapledon

Sergio Felipe Mattano



"Jade"

“Mi voz le llegará”
Luis A. Spinetta
Descreo
de la monserga de una pulpa habitada
a la q nomenclaron
/cristos & budas & jeremías mediantes/
monosilábicamente monoteístamente
monocromáticamente mentes de mono

Descreo de un sendero de sufrires
cárnicos para redención
del objeto inasible
estacionado entre los pechos
en una /más incomprensible aún/ 
eternidad

pero al decir tu nombre 
algo tiembla bajo el barbaderío
algo relincha sobre las entrañas
algo ejerce la duda de la duda
y espina los atajos de la carne

Digo que descreo
de dios y su hijarnos
Digo que tu Nombre
tiene huellas irresolutas
que me incomodan
Digo /sin decir/ que
me hundo en tu voz
de manzano y
Creo/Crío/Croa

Esta nave planeta /es una/
 Conciencia /que/
tiene forma de Abuela
: Chamana
Isis / Casandra / Pomba Gira
L’Etoille / Jade / Winona

Digo que del miedo y sus púas
haré ciudades / para abandonarlas
con risa de duende
y bajo el tatuaje tautológico del cielo
me regará tu esencia
como a un batracio
henchido de Sed.

(a Luis A. Spinetta)




11/12/14

Todos Mis Muertos.


Mi pecho
es un bondi
donde va
acumulándose
el dolor de los muertos pasados

y del porvenir / se oye la voz
"Molestándose, por favor, 
que en el fondo hay lugar" 

17/VI/13

9/12/14

Miedos.




Siempre tuvimos miedo
éramos infantes perdidos en el bosque
los años nos tatuaron las insignias
enterraron los besos del ángel guardián
trasmutaron en fantasmas la familia

Reclamo aquí lo que siempre fue mío:
Miedo, lléname la herida de sangre
Ahógame ahora que nadie mira
Sé mi sed en los páramos

Siempre bebimos miedo
cruzamos la avenida tomados de la mano
mirando a ambos lados antes del paso
Hicimos lo correcto. Lo puro. Lo estúpido.

Sobrevivimos al precio módico de nunca ser libres.

3/12/14

Haikumbia & Wachitankas.

Invitado por la hermosa y gran poeta Rita González Hessayne, he dedicado unos días a la escritura de haikus bajo la estética de la cultura villera.
Valga para esclarecer el convite, los versos que encabezan y reglamentan la propuesta:

Cinco sílabas /
luego siete y cinco /
y un tetra brik
ph. Ignacio Perini

 La tensión, aparente, entre estas dos miradas vitales, entre estos dos modos de percibir la realidad, resultan sumamente atrapante para la producción, por lo que -tras tres jornadas en las que todo era subdividido en sílabas y amoldado al lenguaje popular- debí abstraerme de este ejercicio y dedicarme a la contemplación del ingenio de varios poetas partícipes del proyecto.
Sin más, os convido algunos de los productos haikumbieros...




#1
 La cumbia suena
y el parlante apagado:
mueve el koan, nena

#2
 Mueve la burra
pa’delante y pa’trás
la wachiturra

 #3
El Yoni dijo: 
“Te cabió, rati puto”
Y gatilló

#4
Noche de cumbia.
Los Wachiturros piden:
"Tirate un paso"

#5
Todas las wachas
de riber y de Boca
muevan la burra

#6
Armate un fino
Hay mortadela y coca
Para el bajón

#7
Me llora el bepi
Cuando esa wuacha en tanga
Muestra la burra

Wachitanka #1
Un wachitanka
pa´toda la gilada
piden los pibes
zarpados haikumbieros
con las manos arriba

Wachitanka #2
Tiró la Betti:
“Qué flashá, pelagato?”
Al rosarino
que le peinó la merca
con la pija en la mano

#8
Te hacé'el haikumbia
y sos un nene bien
Rajá, alto gato!

#9
Sos un careta
Y pintó la violencia:
La Rita manda

#10
Por gil careta
Vas a chocolatear
La Rita manda

#11
Decís “¿Haikumbia?”
Wuacha: Haikumbia so'vó
reentangada

#12
La Betti, el Yin
En la Haikumbia del Tao
El Yoni, el Yan

#13
Noche de pepa
Haikumbia despertó
¡La mariposa!

#14
La Betti es floja
Camino al corazón
La tanga roja

Wachitanka #3
Eh, Wuacho! Eh Wuacha!
acordate este tanka
dicen los pibes
¿Tu viejo es zapatero?
zarpale la lata, ahrre!

Wachitanka #4 
Altos wachines, 
haikumbieros cabezas,
el tanka manda:
Satori para todos
¡Iluminate, gato!

#15
Flasheo en cinco,
siete y cinco ¿toy loco?.
Soy haikumbiero.

#16
Haikumbia sabe
Me pega como el paco
pero barato

#17
Mate con yuyos
Torta frita con dulce
Llueve, wuachín

#18
Mate cocido
El pan viejo en la estufa
Alta merienda

#19
"Gato del plan
-el Yoni le batió-
parate de uñas"

21 al 23 de noviembre, 2014

14/11/14

CANOPE (subpoemas)

Exclusividad, por algunas horas, para el blog: Aquí está, para leer online, mi libro Canope (subpoemas).


Quiero agradecer a quienes me ayudaron a hacerlo posible:
* Carlos Autieri con el Arte y diseño (y por la amistad energúmena que nos une hace décadas, desde que cantamos por primera vez a viva voz en un colectivo entre Gral. Rodríguez & Francisco Álvarez y saldamos cierto asunto de balones egoístas)
* Julia Muzzopappa con su excelso prólogo y por sus enseñanzas, fundamentales para mi existir en la Literatura & en la Lengua
* Eduardo Espósito por su prólogo tan afectivo y certero, y por ser partero poético (y antipoético) en mi patria pequeña del Oeste: ojalá algún día pueda hacer justicia con tremendo poeta y con su magnífica actividad en estos lares.
* Walter Lannutti por sus lecturas críticas de lo que eran esbozos de tripas y por sus enseñanzas, charlas y amistad.
* Pablo Morel con ayuda técnica y práctica y compañía imprescindible en FLIAs y demáses.
* Elvira & Gabriel, mis padres, por la vida, las historias inventadas en la siesta, los libros y la paciencia en creer que debajo del niño que masticaba vasos de vidrio existía un artesano. También por nunca permitirme olvidar quién soy y dónde estoy.
* Camila, Iván y Laura por existir en mi vida y ayudarme a cuestionarla.
* Luis, mi querido Flaco, compañero y exégeta de la poiesis en tantas noches, madrugadas y mañanas de escritura.
* Ale con su compañía, paciencia, sabiduría y amor. La parte bella de mi mundo es con vos, siempre. Gracias.

Para leer online, clickead la imagen, che.
(click en la imagen)

Quienes quieran comprar el libro en formato papel, estaremos vendiéndolo en la FLIA Luján este fin de semana (15 y 16 de noviembre) o pueden pedirlo en los comentarios o contactarse vía facebook o twitter.

La semana próxima, saldrá una microedición cartonera (10 ejemplares) que incluirá algunos extras sorpresas (por lo pronto, adelanto: SUBPOESÍA. Manual del usuario). También pueden pedirlo por las mismas vías y arreglamos el envío.

Por último, pero no último, a vos que leés este post y que, en una de esas, te parece buena idea leerte unos poemas de este barbudo suburbano: Gracias!!

3/11/14

Prólogo de Julia Muzzopappa para mi libro CANOPE (SUBPOEMAS)



Canope, desvelo de la palabra



ph: Carlos Autieri

  Ya desde el título del texto de poemas de Sergio Felipe Mattano, puede avizorarse una línea de lectura y composición de su poética. Canope, esa “Copa sagrada donde se depositan las vísceras de los muertos”, es uno de los elementos de la compleja materia prima que conforma el cuerpo de los poemas. Las “vísceras de los muertos” no son  únicamente material abyecto, sino órganos corroídos por la asimilación de una tradición innovadora en el arte de la palabra. Las vísceras son la imagen y el resultado fáctico de todo lo vivido, nada más alejado de la materia inerme, nada más cercano al “polvo serán, más polvo enamorado” de Quevedo.
  Si nos preguntáramos con mayor exactitud, qué otros elementos constituyen la materia prima de Canope, sin lugar a dudas deberíamos recurrir a los presentes en la ecléctica mezcla de tendencias y estéticas de casi todos los tiempos, que reaparecen en la poética de Mattano, con ecos imprevistos y resonancias inusuales. Porque no está su mayor logro en crear nuevos objetos poéticos, ni en poetizar elementos sorprendentes; no persiguen estos poemas la novedad escandalizadora de algunos de sus referentes, sino que la riqueza y el desafío estético, y por lo tanto ético, se encuentra en las fracturas de las poéticas anteriores, que la filosa mirada de Mattano se anima a poner en diálogo, a veces consigo mismas, interpelando sus contradicciones  o exaltando el mundo del pensamiento, y, en ocasiones, modelando a través de la imaginación encuentros que son capaces de interceptar las barreras del tiempo y el espacio. Allí reside una parte del valor de la propuesta de Canope: un concentrado, muy cuidadosamente destilado, de modos de tensionar y contorsionar el lenguaje, y con esto quiero decir formas lingüísticas y pensamiento poético, que solo un artesano, suspendido, susurrándose a sí mismo a causa de la emoción estética, puede lograr.
   El hecho de nominar “subpoemas” a  sus  producciones advierte sobre el lugar que el autor se dará a sí mismo en la intrincada y amplia textualidad a la que se incorpora, a la herencia que recibe como poeta, a la estancia que se procura en una declaración de su modo de estar en el mundo: “por debajo de” y “en vías de”, siempre expulsado de la ex –sistencia, en la continua prosecución del poema, en la inacabable estructura del poema; podría decirse,  entrampado en una experiencia vital con forma poética. De allí, la incorporación de uno de los epígrafes del texto, perteneciente a Esteban Montaldo: “¿Cómo te voy a explicar un poema?...”. La explicación, de cualquier cosa, está determinada por un despliegue que requiere un punto final, que en el caso de los “subpoemas” está en movimiento, siempre en el “hacerse”, que por una parte impide domesticar la palabra poética con un discurso tranquilizador, racional, comprensible, y, por otra parte, posibilita la creación poética de un eterno enamorado de las singladuras emanadas del mundo, las emociones y sus intentos por dar cuenta de ellos, sin clausurar el misterio creativo.      
   Por eso, como anuncia la “Advertencia…”: “dentro del poema hay un hombre”. Por eso, el poeta de Canope es un  “cachorro de una luna que se aleja para darme penas y rencor de ya no ser luz”. En una infancia poética presentida como estado o modo de ser, ante la enorme herencia recibida, y de la que es especialmente conciente el yo de estos poemas, en la casa del poema, en ese oikos que se prefigura como domicilio, pero al que es imposible regresar del todo, porque la existencia conlleva la errancia del ser, siempre se está fuera del ser, allí, se construye una de las series que indaga el texto, me refiero a la serie identitaria.
   Toda una red semántica que se esparce por el texto y los epígrafes que acompañan los poemas: vísceras, bilis, infecto estómago, pudre bajo tierra, barro, entre muchas otras expresiones, da cuenta de la concentración que señaláramos como constitutiva de la materia prima del texto y de  la postura estética de los subpoemas, pero también de la materia con la que se modela ese hombre que vive en el poema, que mora responsablemente, de cara a su posición en el mundo, para esgrimir esa identidad, construida de una herencia que conjuga la renovación formal de las vanguardias artísticas europeas y latinoamericanas de principio de siglo XX con las poéticas posteriores de las décadas del 40 y del 50 en nuestro país. Ahora podrá percibirse mejor, el valor que la concentración, como “marca en el orillo”, define la propuesta de Canope.
   Todo el flujo imaginativo y provocativo de Huidobro y Girondo, toda la emoción de Jorge Luis Borges, alejada por completo del confesionalismo, aquella ilegibilidad de Tristán Tzara que desafiaba  los poderes de la razón,  el ingenio mordaz de Macedonio Fernández; pero, además, la seriedad y la sensibilidad social de César Fernández Moreno y Leónidas Lamborghini _en especial el Lamborghini de El solicitante descolocado_ descubren otras series: la política y la poética. De este modo, podría advertirse que la concentración se encuentra como principio constructivo, producto de  un triple cruce de fuerzas que se propone en primer término la empresa de leer “en diagonal” la linealidad inherente de una sucesión histórica que no remite a avances o progresos, sino a modos de hacer y comprender la huida imposible del poema, que remata la “Advertencia…”.
  De las múltiples interrogaciones que incluyen los diferentes poemas de Canope, una es central, y quizás resuma de un modo contundente al resto: “¿Qué canto profesa la boca entrelazada?” (“Canto I”). Podría entenderse que todo el poemario es una búsqueda de respuesta a esta interrogación que en sí misma asevera la estancia de un decir entre decires: prisión y oikos del poeta, que persigue la serie identitaria y que opera como una versión en positivo del poema inicial del texto, “Non ego sum”: el ego sum tiene como correlato esa pregunta que incluye la morada de la identidad que el siguiente poema, “Canto I”, extremará a lo largo del poemario, trabajo que la “boca entrelazada” desplegará en esas otras dos series, la política y la poética.
   Pero la concentración no está solo relacionada con las series que señalamos, ni con el variado universo referencial del mundo cultural que emerge en los poemas, sino con la polifonía,  que va en aumento a medida que “transcurren” los poemas del texto. La voz del diccionario, que abre el texto con la definición de “canope”, inicia un camino hacia la conformación de voces que pertenecen a distintos ámbitos y géneros, no solo textuales, sino subjetivos. Un ejemplo de ello es el tercer poema: “Tragedias (tríptico tristicop)”. Como adelanta el título, está dividido en tres partes, yo diría mejor, fases, en las cuales varios sujetos de la enunciación provenientes del mundo oriental, Méret, y del occidental, Casandra, dialogan con la voz del poeta de la tercera fase del poema.
   Méret, que significa “la amada”, opera como contrapunto de la no bienamada Casandra. Méret, diosa egipcia, dual, cantora, música y danzarina, era considerada la portadora de la apertura de los ojos y la boca de los difuntos en la vida de ultratumba. Méret es Issis y Neftis, “las dos amigas”, quienes seducían a través del canto y la danza. El poema de Mattano enfrenta dos mundos, dos destinos alejados en tiempo y espacio, que retoman el dilema humano de la correspondencia, o no, en la relación amatoria. Casandra (también conocida como Alejandra, lúcida y original manera de incluir a Pizarnik, sin caer en los estereotipos de otras propuestas poéticas, que mencionan a la que perdió su nombre) es hermana gemela de Héleno, ambos tienen _y padecen_ la visión profética; a su vez Casandra engendrará gemelos con Agamenón. Nadie escuchará los presagios certeros de la joven Casandra, nadie amará, en verdad, a la torturada visionaria, quien intenta salvar a los suyos de múltiples desgracias, en muchas oportunidades. De este descuido en la audición, de esta ignorancia de Occidente, habla el poema de Sergio Felipe Mattano, empleando el contrapunto de la gracia del buen oído frente a la petulancia de la boca cuando no está entrelazada a los decires: Casandra, hermana oscura y postergada de todos los poetas, de Rimbaud, antes de Baudelaire, fundadora de una casta acallada.
  Tal vez este tercer poema del texto, que no casualmente se presenta como tríptico, resulte el mejor ejemplo entre las tres series en tensión. Y, nuevamente, el poema siguiente, “Canto II”, opera como continuidad y respuesta del anterior, en el cual la serie identitaria reaparece con mucha fuerza, a modo de homenaje, a “la dama sepia” que “Deglute pájaros” y “me desea/ me inventa/ me recorre”.  La poesía, ese objeto tan extraño, lleva un signo femenino, un contorno de mujer, una curva sensual y sinuosa, que los poemas de Mattano asumen en la multiplicidad de voces que dialogan en su texto y forman parte de una identidad propia, que se anima a desatender la arrogancia característica de la intelección dialéctica, tan expulsiva como atropellada en sus posiciones.
  “Asma”, es un poema  más vinculado con la serie política y social, está “tocado” por las poéticas del 40 y del 50: denuncia, mueve la conciencia, declara un lugar comunitario de pertenencia que reaparece, por ejemplo, en “Desmigarnos”, aunque la presencia de Olivero Girondo, su tono elegíaco, existencial y comprometido, se presenta como síntesis de estéticas. Aquí está el Mattano lector, el mejor recolector de distintas tradiciones, el crítico, el analista.   
  Pero, tal vez, “La máquina de facer churizos” resulte el poema que más cabalmente se proponga indagar e interpelar en qué consiste el oficio de hacer poemas significativos socialmente. Y en este punto es necesario percibir la “aspereza” histórica que conecta la serie política con la poética. Construido casi en su totalidad por interrogaciones, el poema crece a partir de la reflexión, producto de lo actuado en los poemas precedentes. Todo lo que este poema interroga ya ha sido explorado en los anteriores, por eso puede entenderse como lugar de inflexión dentro del poemario, debido a que “La máquina de facer churizos” (churizos, versos en serie, productos del mercado, versos como estatuitas a bajo precio que cualquiera podría hacer y consumir rápidamente, y dicho sea de paso, olvidar) se plantea cómo seguir adelante sin caer en el pozo ciego de la autofiguración, por cierto, estéril, de los mercaderes de poemas. El poema responde _no podría no responder_  con el silencio, puesto que el silencio dis- curre, también es discurso. En ese preciso momento, la apuesta se centra en la mirada, no de algún objeto, sino del nombre, la mirada mira el nombre: “mirar/ nombrar dos palomas/ que en el acto desaparecen/ y no decir/ que las palabras/ inventan /la nada” _como tantas veces se ha dicho. Por eso es un poema signado por la serie política en el sentido más pleno y positivo de la expresión “política”, entendida como comunidad a la que no puede perderse de vista, por tal motivo hay que “mirar” y “no decir”.
   Más cercanos a la serie poética están “Canto Cinco”, “Recetario del poema”, “Endogénesis” y “Disolución”, mientras que otros poemas como “Canto Xesto”, “Alter ego (esquizofrenia)”, “Congreso de poetas” y muy especialmente el poema final, “Manifiesto”, se dedican a explorar la serie identitaria. “Manifiesto” lleva un epígrafe de Niezstche: “los poetas mienten demasiado”. Podríamos leer este poema final a partir de la ambigüedad discursiva y referencial del yo que tan firmemente se presentó en otros poemas. Podríamos conjeturar que quien dice en el primer verso “El que escribe es un ególatra” es Niezstche, o bien, cualquier sujeto que escribe, incluyendo al poeta de Canope. Ese borramiento de las fronteras del sujeto de la enunciación es en verdad una nueva y última interrogación encallada en el último verso: “decidor de mierda”: espacio subterráneo de los subpoemas, del desperdicio visceral al que alude el título del texto, a las heces, material abyecto entre otros sublimes, con los que se construye el texto de Mattano, pero, fundamentalmente, el “Manifiesto” devuelve a la praxis vital el ejercicio del poeta y reclama la renovación de un origen comunitario, tradicionalmente propio de la tarea del poeta, pero  desmitificado de la beatitud  inmaculada, espacio etéreo, ya  inoperante, que algunos creen portar, cuando de hacer poesía se trata.
   Sergio Mattano concentra en Canope una estética de la que no podrá salir incólume, debido a los desafíos retóricos que ha asumido y al lugar que ha construido para sí mismo (podrá  variar, pero no retroceder). Rodeado de riesgos, de voces con las que ha decido dialogar, definidas sus preocupaciones y su una postura, que si bien está encabalgada ideológicamente _diría seducida por praxis esteticistas y otras más existenciales_ apuesta con mayor firmeza a la experiencia comunitaria religada con el cuerpo social, desvelo de su palabra, copa profana en la que se depositan objetos extraños, comúnmente llamados subpoemas.



Julia Inés M uzzopappa



27/10/14

Apuntes para una Teoría de la Subpoesía (Cacho 2 de ?)



“(…) cuidado con el yo en poesía, uno tiene que jugar a ser muchos en múltiples lugares y la poesía permite hacerlo, es como restaurar el aura, un encantamiento del mundo, y allí se escapa una sensualidad que va más allá de la sexualidad.”
Néstor Perlongher

 


La Subpoesía, mi forma de Subpoesía, está ligada –necesaria e irrenunciablemente- a la irreverencia: la primera, aunque probablemente no lo sea en términos de irreverencia fundacional, sino de la  irreverencia fundamental, es la irreverencia contra el Yo, contra la mismidad, entendida como la(s) construcción(es) social(es) que me atraviesa y (de)forman.

Y aquí es donde aparece la paradoja que no es tal, salvo por los límites del lenguaje. Entender el Yo, que no me constituye, desde la teoría del Ego sum, desde la serie identitaria, y entender que cuando se dice “mi forma de elegir, de hacer” -la poiesis, finalmente-, en verdad sería “la forma en que Ella me elije, me hace, me transforma”. Entiendo, también en el marco del rasgo etimológico del prefijo, que el poeta está por debajo de la obra, que su rol es equivalente al del médium, al Sumo Sacerdote vudú: la poesía poseyente, el acto poético como un acto de voluntad ajena, un acto rizomático con el medio ambiente físico y mágico, donde el único deber del poseído está en darle (prestarle, sería más certero) la voz, el cauce, la forma: digo, la lengua y sus trampas –y en eso está el formalismo-: la experiencia verbal.


La otra irreverencia fundamental es la risa. Y acá habría que citar los trabajos del Círculo Bajtín –buen nombre para banda de rock- sobre Rabelais, o algo que dice Burroughs cuando defiende la parodia en su obra como contrapeso o contrasentido de la falta de sinceridad en la vida y en el Arte. También porque es una manera notable de acercarse a la locura en los términos en que Artaud la defiende: aquello que es marginado por “la dictadura social”, la otredad que desafía el status quo, una realidad ilegítima –como es ilegítima la realidad del Sueño- . Y por ello también: la Subpoesía es ilegítima, bastarda, marginal pero sin los clichés o el esnobismo asociados a esta idea.  Es marginal porque encarna, se hace carne de, lo no-dicho, lo no-existente, lo no-legitimado.


La tercera irreverencia (sin apostar por jerarquías o gradaciones, más bien pensadas como territorios) es la erótica. El erotismo entendido como la tensión cardinal entre Ser y  No-Ser y como des-velo.

Esta irreverencia posee dos sentidos. El erotismo descubre lo ocultado por los dogmas y mitos sociales (religiosos, morales, estéticos, éticos), pero también revela lo expuesto. La sexualidad sobreexhibida es también una otra forma de ocultamiento -referencia ineludible Foucault. La represión también está en la banalización del contenido, anestesiado por su ostentación vulgar (entendida como la desterritorialización, en términos deleuzeanos, del cuerpo y su erótica), su exposición profana en prime-time que constituye como baratija el potencial revolucionario del sexo y del deseo (cfr. La revolución sexual, Whilhelm Reich).

29/9/14

"Pseudoprólogo", de Eduardo Espósito -para mi libro CANOPE (SUBPOEMAS)-


- Tapa: Carlos Autieri -

  Decir que Sergio Mattano no es un poeta convencional, que no se conforma a las embaldosadas concepciones de lo que es o no es poesía, no constituye una novedad. Tampoco el hecho de que este intento de prólogo sea, como en la mayoría de los poemarios, un mero adorno que muchos de los lejanos cazadores de poemas esquivan para ir directo a sus presas. Pero dadas las circunstancias presentes, intentaré aproximarles un esbozo de opinión al respecto.

  Atinadamente, el poeta, nos permite conocer al inicio del libro la definición del término Canope, a saber: "Copa sagrada donde se depositan las vísceras de los muertos". Concordaremos, de seguro, en que no sería pertinente inquirir del autor el porqué de la elección de un título relacionado con el Egipto faraónico y la momificación, cuando el mismo Mattano se cuida de cualquier explicación racional a lo Descartes, mediante un aviso poético que es casi "una trompada en el estómago" de la lógica.

  Y...adicionalmente, ¿le preguntaría usted a un "esbirro de la escritura automática", a un "enamorado de Tzara, Artaud y Breton", qué quiso decir exactamente? Eso me recuerda a la contestación de un grande del cine francés, Jean-Luc Godard, cuando ante semejante dislate de la prensa contestaba: "quise decir, pero no exactamente".

  Ahora bien,afirman los arqueólogos e historiadores, que los vasos canopes eran cuatro: uno para el estómago, uno para el hígado, y los dos restantes para los intestinos y los pulmones. He llegado a la conclusión de que todos los poemas de este particularísimo libro, van a parar -de acuerdo con la víscera con que se trabajó cada texto- a una de esas cuatro ánforas.

  Así, por ejemplo, "Recetario del poema" nos remite claramente al estómago, cuando expresa "firmo el acta con garabatos/ sello al pie con un buñuelo aceitoso/ y me sigo a la calle, nos mezclo entre las gentes".

  Hay poemas hepáticos, biliares diría, a la manera de "Congreso de poetas", donde la ira hipocrática aflora apenas morigerada para denunciar a quienes compiten, presas de una histeria púber, para "ver quién la tiene más grande".

  Cuando el lector se acerque a "Manifiesto", seguramente entenderá porqué es un canope ideal para los intestinos.

  Por último,"Asma". ¡Ah, qué tema este! Dicen los yoguis de la India, que esta enfermedades característica de los auténticos poetas y pintores. Dice Sergio que debido a ella "duele cada centímetro cúbico de aire/ y por lo general nunca alcanza" ¿No es este un canope pulmonar por excelencia?

  Resumiendo: no los culparé como lectores si soslayan esta aproximación a la escritura del poeta. Sí lo haré, si después de aguantarme, no se toman el trabajo de introducirse en cada vaso, en cada víscera ofrendada por este esmerado sub-creador, como a él le gustaría que lo llamen, para compartir el milagro de un nuevo libro; la apetencia de un obstinado hacedor de poemas; por dejar una marca -una rayita de vida-; tan valiosa como una mastaba, ante los vislumbres apenas contorneados de la eternidad.


Eduardo Espósito

17/9/14

Subpoesía viajando por Europa.

(España & Gales, Reino Unido) 


Les convido el enlace a la versión online de la revista Pélago que fue publicada en España y Gales hace unas semanas. Allí publiqué algunos poemas gracias a la generosidad de la poeta Yamila Grecco (también encontrarán parte de su poesía alli) y de Fernando Fernández Palacio, su director.

Quedan invitados, es una gran publicación.

11/9/14

Helada.



 
Helada
como la cerveza / como los pies de una mujer en la cama / como los cadáveres flotando en el río
                                                                                                    me gustás. 



5/9/14

El maestro Nicanor Parra cumple 100 años.





Soliloquio del individuo

Yo soy el Individuo.
Primero viví en una roca
(Allí grabé algunas figuras).
Luego busqué un lugar más apropiado.
Yo soy el Individuo.
Primero tuve que procurarme alimentos,
Buscar peces, pájaros, buscar leña,
(Ya me preocuparía de los demás asuntos).
Hacer una fogata,
Leña, leña, dónde encontrar un poco de leña,
Algo de leña para hacer una fogata,
Yo soy el Individuo.
Al mismo tiempo me pregunté,
Fui a un abismo lleno de aire;
Me respondió una voz:
Yo soy el Individuo.
Después traté de cambiarme a otra roca,
Allí también grabé figuras,
Grabé un río, búfalos,
Grabé una serpiente
Yo soy el Individuo.
Pero no. Me aburrí de las cosas que hacía,
El fuego me molestaba,
Quería ver más,
Yo soy el Individuo.
Bajé a un valle regado por un río,
Allí encontré lo que necesitaba,
Encontré un pueblo salvaje,
Una tribu,
Yo soy el Individuo.
Vi que allí se hacían algunas cosas,
Figuras grababan en las rocas,
Hacían fuego, ¡también hacían fuego!
Yo soy el Individuo.
Me preguntaron que de dónde venía.
Contesté que sí, que no tenía planes determinados,
Contesté que no, que de allí en adelante.
Bien.
Tomé entonces un trozo de piedra que encontré en un río
Y empecé a trabajar con ella,
Empecé a pulirla,
De ella hice una parte de mi propia vida.
Pero esto es demasiado largo.
Corté unos árboles para navegar,
Buscaba peces,
Buscaba diferentes cosas,
(Yo soy el Individuo).
Hasta que me empecé a aburrir nuevamente.
Las tempestades aburren,
Los truenos, los relámpagos,
Yo soy el Individuo.
Bien. Me puse a pensar un poco,
Preguntas estúpidas se me venían a la cabeza.
Falsos problemas.
Entonces empecé a vagar por unos bosques.
Llegué a un árbol y a otro árbol;
Llegué a una fuente,
A una fosa en que se veían algunas ratas:
Aquí vengo yo, dije entonces,
¿Habéis visto por aquí una tribu,
Un pueblo salvaje que hace fuego?
De este modo me desplacé hacia el oeste
Acompañado por otros seres,
O más bien solo.
Para ver hay que creer, me decían,
Yo soy el Individuo.
Formas veía en la obscuridad,
Nubes tal vez,
Tal vez veía nubes, veía relámpagos,
A todo esto habían pasado ya varios días,
Yo me sentía morir;
Inventé unas máquinas,
Construí relojes,
Armas, vehículos,
Yo soy el Individuo.
Apenas tenía tiempo para enterrar a mis muertos,
Apenas tenía tiempo para sembrar,
Yo soy el Individuo.
Años más tarde concebí unas cosas,
Unas formas,
Crucé las fronteras
y permanecí fijo en una especie de nicho,
En una barca que navegó cuarenta días,
Cuarenta noches,
Yo soy el Individuo.
Luego vinieron unas sequías,
Vinieron unas guerras,
Tipos de color entraron al valle,
Pero yo debía seguir adelante,
Debía producir.
Produje ciencia, verdades inmutables,
Produje tanagras,
Di a luz libros de miles de páginas,
Se me hinchó la cara,
Construí un fonógrafo,
La máquina de coser,
Empezaron a aparecer los primeros automóviles,
Yo soy el Individuo.
Alguien segregaba planetas,
¡Árboles segregaba!
Pero yo segregaba herramientas,
Muebles, útiles de escritorio,
Yo soy el Individuo.
Se construyeron también ciudades,
Rutas
Instituciones religiosas pasaron de moda,
Buscaban dicha, buscaban felicidad,
Yo soy el Individuo.
Después me dediqué mejor a viajar,
A practicar, a practicar idiomas,
Idiomas,
Yo soy el Individuo.
Miré por una cerradura,
Sí, miré, qué digo, miré,
Para salir de la duda miré,
Detrás de unas cortinas,
Yo soy el Individuo.
Bien.
Mejor es tal vez que vuelva a ese valle,
A esa roca que me sirvió de hogar,
Y empiece a grabar de nuevo,
De atrás para adelante grabar
El mundo al revés.
Pero no: la vida no tiene sentido.

  ¡¡¡FELIZ CENTENARIO, DON NICA!!!


 Apuntes sobre Nicanor Parra (1977)




24/8/14

Liturgia.




Estética e higiene. Deflexión cósmica. Del basural al arte. Kilogramos de seres en osario anónimo. Trillado terror de señoras. Vecino en alerta. Estética e higiene. Ayer crucificaron a un muchacho en la comisaría del barrio. El Señor actúa de formas misteriosas. El Señor actúa, siempre, de forma tortuosa. Dejarme las uñas largas. Rascar el fondo de la progenie. Sublevar. A un tiempo, con fruición. El himno se devora lo viviente. Surrealismo de panadería. Círculo séptimo. Estética e higiene. Anoche un niño murió en el frío. Cartón. Hoguera. Las manitos azules que fueron peligro. Yerma solloza. Hijo. Hijito. El Señor observa de forma asquerosa. Llega la lumbre a esta redacción. Última noticia. Escándalo. Estética e higiene. Uniformidades de Dios.



29/7/14

Los sobrinos bastardos de Arlt.

LOS BASTARDOS...
Mattano/Ricagno/Aguirre/Andrade
 (ph. Sylvia Cirilho)

***

Fotos & Poemas



-por orden de (a)parición- 


Sergio Felipe Mattano 

MANIFIESTO

“los poetas mienten demasiado”
F. Nietzsche.


El que escribe es un ególatra

que sólo habla de su dolor

tal si fuera importante,

que juzga todo su derredor

como si su miseria

rigiera el mundo.

 

El que escribe es un lunático,

metafísico de mermeladas,

con agujeros en las medias.

Él cree, ciertamente, que es el único Mesías,

que su lumbre libera de la estupidez al vulgo.



El que escribe es un poeta.

Un patético, infame e imbécil

decidor de mierda.
                                                                                               

 
Alejandro Ricagno 


PARA LOS BIÓGRAFOS

Morir no era el botín, el arcón
por herencia a los hijos del alma.
Pero la carne cansa.
Se aja la ternura en los crecidos
que fueron de tus manos,
y en los que creciendo de tus manos
son ahora el botín de la memoria.
Y no hay tesoro.
El arcón esta lleno de papeles manuscritos
Y cada uno es polvo de insomnio,
de muerte a alturas que creíste alcanzar
mientras caías,
ajado de no saber partir.
De ser siempre nonato.



                                                                                                  




Jotaele Andrade 

HAN HECHO CON NOSOTROS

se ha vuelto recurrente
el aleteo
espasmódico de la polilla
en el aire del cuarto

como siempre
la tomo en un puño
voy hasta la puerta
y la arrojo en la noche

cada tanto
yo mismo me quedo
afuera

repaso el día
la soledad
haber llegado a ese instante

sumo colillas y palabras
rescato el color de una fruta
la muerdo con mis dientes infantiles

pienso en mis muertos y en mis vivos
pienso en ella y la excluyo de esas categorías

a veces un estremecimiento escalofriante
viene a recordarme
que hay algo vivo
dentro de mi puño

abro la mano
y dejo que se embarque en la noche

así también han hecho con nosotros
 
 María Belén Aguirre 


POSTAL



sobre un cable de alta tensión
bajo la lluvia un pájaro 
dormita.
Dice mi madre que no permitirá Dios la desgracia


que al crearlos ha previsto
la adversidad


la corriente artificial que al incauto mataría


los watts los vatios.


Dice que al pensarlos  ha creado


la paradoja:


no morirá primero el que quiera. 

       
       


(sumate a Ricardo Daniel Piña & a Pablo Albornoz a la lista primal, ausentes con aviso)

//y dos o tres fotos más para cerrar el post, y no jodemos más//

_María Bélen & Jota cerrando la tarde, abriendo la noche_

_Andrés Kischner & Rita González Hesaynes, hermosos primos adoptivos_ 

_Espacio Cultural Oliverio Girondo_


¡¡Gracias al Antidomingo, a Sylvia Cirilho* y a Rubén González por darnos este espacio para disfrutarnos!!

*y por las fotos robadas -impunemente, por ahora- tal si de flores en jardines quilmeños hablásemos



 
BONUS TRACK
- poema de cierre de LOS SOBRINOS -



laboratorio



Entre tubos
ensaya una fórmula.

                                  Un experimento

de longevidad
destinado a retrasar
el ocaso
-vertiginoso-
de los objetos
perentorios

rosas
hombres
medias de seda
corbatas
y puños de camisa.

Piadosa es su ciencia.

Fundada
en la alteridad

quiere 
para otros

la duración.

Como el delito
al anónimo
devuelve al hombre roto
una faz plena.

La vida puerca.

Mientras atisba
una solución
en la probeta
es Silvio
quien arroja
el pucho
entre los libros
(¡con su venia, Rocambole!)
en la librería detestable.

Consumiráse
con suerte
en el fuego
la cultura de papel.

Retorcerásen
con gracia
en el fuego
la compra y la venta
el ejercicio prostibulario
de la escritura.

El sicariato.

Redimiráse
con furia
en el fuego
la llama azul
de los nunca
por peso propio
podrán siquiera
ser para ellos
un buen patrón.

(Incombustibles
son sin embargo
los sueños nuestros.)

Pero en la biblioteca
nocturna Baudelaire
en el sobaco de Astier.
Aspira la ácida humedad
del escondrijo.

Huirán de allí
como dos parias
presurosos
a fundir sus siluetas
en la calle.

Son dos flâneur.

Y mientras sumerge la rosa
en cobre
es Erdosain
quien roba
billetes y chirolas
a la Compañía Azucarena.

La vida amarga.

Hunde su mano
en la caja.
Estruja su mano
el dinero.
Cierra su mano
el puño generoso.
Trasunta su mano
el aire enrarecido.
Atraviesa su mano
el bolsillo.
Deposita su mano
la suma
necesaria:

Seiscientos pesos
con siete centavos.

El Astrólogo estará
feliz entre maquetas.

Buenos Aires encierra
una ciudad oculta
que sólo revela
su impudor
a los viles
desgraciados.

(Teúrgo de ángeles afásicos
médium de barrio
en la necropsia
de tus noches siderales
cuántos silentes
te habrán hablado
de sus causas.)

Molerá ahora
en el mortero
piezas disolutas.

Dará ahora
en el mortero
certeros golpes.

Fundirá lo diverso
en un propósito.

Sesgará para ver
en el transverso.

Verá la tesis
en la antítesis.
Serán la síntesis
sus réprobos lectores.

Los monstruos.
Ésos.

Por pocos pesos
El Mundo les pertenece.

Literatura cada día.

Y aunque salpique
con sangre tibia
el paredón
será por su causa
inmortal el povero Di Giovanni.

También los padres y los hijos
sin linaje. Los antihéroes.

En las afueras
alrededor de una mesa
planean. Son siete locos.

Y acaso hubiera más.

Urden mentiras metafísicas.
Rinden devota pleitesía
a falacias
como a dogmas.

                             Creen.

Morirán sin haber
saboreado el triunfo.

Como todos
aquí.

La jornada se acaba.

Bautismal emerge
la Rosa dura

palpita

su corazón
de rojo Cobre
en el temblor sagrado de su mano.


Tiembla el cielo de las putas
los lúmpenes
los parias
ladrones
asesinos.

Roberto Arlt
ha inmortalizado la belleza.

María Belén Aguirre

*BIOPIC, Ediciones de La Eterna, 2014.